Sin embargo, en esta ocasión, este articulo es especialmente para el sexo masculino. Los hombres también se interesan en este tema. Son nuestros compañeros, los hombres, al igual que nosotras las mujeres, los responsables de el cambio para minimizar poco a poco los altos índices de la violencia y de maltrato a las mujeres.

Ambos sexos debemos concientizarnos para poder comenzar a modificar los roles establecidos por la sociedad y la cultura, y que solo nos han llevado a estar la orilla de un precipicio, un precipicio oscuro y profundo por el que ninguna mujer jamas debería caer.
Cuando los hombres inician la búsqueda para una pareja, llevan como marco de referencia principalmente la condición masculina, que es tradicional aprendida durante varias generaciones; como por ejemplo el no mostrar las emociones de afecto o de las tristezas; a imponer sus propias ideas, sus propios deseos, sus necesidades y a creer que siempre tienen la razón de todo.
A golpear las cosas, a amenazar y a hasta suponer que la superioridad masculina debe siempre prevalecer por encima de la equidad en los géneros, y entre otras herencias de choques culturales.
Basta con solo mirar las noticias que a diario se publican en múltiples medios de comunicación para poder comprobar que la violencia contra las mujeres que se conoce alrededor de el mundo, tiene enormes implicaciones machistas, en la mayoría de los casos.
Este artículo de Europortal intenta influir de manera positiva en la mente y en la propia conciencia de los hombres.
Nada justifica la violencia, ni el nivel de machismo.
En esta etapa, cuando decimos que el amor es ciego, la sociedad y la cultura han promovido un concepto falso de lo que es el amor verdadero a través de algunas canciones, las telenovelas o las películas, mostrando las diferentes formas de actuar entre los hombres y las mujeres.
La sociedad, la cual tradicionalmente nos ha enseñado y nos ha impuesto a las mujeres a expresar siempre los sentimientos de el amor, la ternura, las lágrimas de sufrimiento y la exclusividad emocional y hasta sexual hacia la pareja masculina, por lo que hemos sido sometidas a los caprichos de este verdadero amor verdadero.
A los hombres igualmente se les ha enseñado y han tenido que aprender a mantener el control de las emociones cuando estas son débiles y propias de el genero femenino, a ser los conquistadores y no los conquistados.
En este proceso, el machismo se disfraza enseñando una personalidad distinta; viven dando concesiones, solo para enseñar que son hombres; sin embargo, el proceso en la vida de pareja desenmascara una auténtica identidad masculina basada en el poder y el uso de la violencia.
Las mujeres manifestamos el compromiso y la responsabilidad hacia la relación, sin embargo, en la mayoría de los casos los hombres muy pocas son las veces en que son recíprocos.
La violencia en las parejas pueden comenzar cuando los hombres no logran aceptan los cambios sociales en las mujeres, pues suponen que han ya roto los esquemas tradicionales al proponer relaciones tan igualitarias y tan equitativas.
Los hombres que interpretan de forma equivocada los conceptos de igualdad y equidad y solo buscan beneficios propios, es decir, no desean perder nunca sus privilegios que son ganados desde los inicios de la era , es decir de toda la historia.
Los hombres desde muy pequeños aprenden a tener que resolver las diferencias por medio generalmente de la violencia. Son violentados cuando ya observan que en casa su padre grita a su madre y posteriormente la golpea.
En la calle, a través de los juegos que contienen de manera progresiva ingredientes llenos de violencia. La televisión y otros medios le demuestran la violencia social en la que todos nos encontramos inmersos.
Al aprender estas distintas formas de como resolver conflictos, están expuestos a seguir reproduciendo el molde de el hombre tradicional que fue adquirido a través de su interacción con los demás. Actitudes que se reflejan en los esquemas tradicionales masculinos de superioridad hacia su pareja.
En estos esquemas, los hombres han ido adquiriendo la identidad de superioridad por encima de las mujeres, la cual ha sido validada por la cultura androcéntrica, que es la que considera como normal que el hombre sea siempre el centro del universo y por lo tanto, fomenta la superioridad masculina.
Otro bosquejo de superioridad es el espacio físico equiparando su fuerza física con las mujeres. El esquema emocional tiene como base el expresar el dolor, el coraje, el miedo a través de conductas que son violentas.
En lo social, los hombres compiten contra los demás hombres por llegar a alcanzar logros y reafirmar, de esta forma, que son muy hombres, y así pueden confirmar una equivocada identidad llena de poder.
Durante la relación de pareja, los hombres con mucha frecuencia hacen uso de todos sus privilegios, solicitan a su pareja entonces beneficios propios, como por ejemplo, que nos haga caso y que nos comprenda, o quiero tocarla, muchas veces en contra de la voluntad de ella, muchas veces son obligadas o presionadas para tener relaciones de tipo sexuales.
En resumidas cuentas, que la mujer haga lo que ellos deseen pues esto lo consideran como una obligación y una responsabilidad que ella posee. En cada acción de solicitar, se está poniendo control de alguna forma a la relación y así se reafirma entonces la superioridad masculina.
Sin embargo, a cada respuesta que es negativa por las mujeres existe una prueba de perder el poder masculino y por lo tanto,es donde se ejerce la violencia para intentar recuperarlo.
No es lo mismo ser " el macho" que un hombre de verdad.
La principal diferencia, entre un el macho y el verdadero hombre, es la que radica en el respeto que debe demostrar un varón ante cualquier circunstancia que se presente y ante cualquier mujer.

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