El Aikido : Cómo Conectarse A Través De Sus Movimientos De Una Forma Espiritual
En esencia, el aikido es uno de los exponentes moderno de las artes marciales japonesas budo. Es ortodoxo en el hecho de que hereda la tradición marcial y espiritual del antiguo Japón, registrada por vez primera en las obras literarias e históricas del siglo VIII, el Koijki (recopilación de Hechos Antiguos) y el Nihongi Crónica de Japón.
Pero esto no quiere decir que el aikido continúe ciegamente las tradición de las antiguas artes de combate conservando y manteniendo simplemente su forma original en el nuevo mundo.
Las viejas artes de lucha, eran originadas en el campo de batalla en períodos de conflictos civiles y formalizadas más tarde, durante el Período Tokugawa en el año 1603-1868, como budo. La vía de las artes marciales, son esos legados históricos y culturales que requieren ser debidamente apreciados y valorados por toda la trascendencia que tiene el aikido, aunque en su forma original estén ya fuera de lugar y no sean aceptables para la gente.
El fundador del aikido fue el maestro Morihei Ueshiba, nació el 14 de diciembre de 1883, teniendo que vivir por tanto, en el tiempo de muchos alborotos de la modernización del Japón qué estaba cediendo en ese entonces, por lo que se dedicó a construir un arte marcial que no resultara anacrónico y pudiera hacer frente a las necesidades de sus contemporáneos.
El maestro Ueshiba concluyó en su búsqueda que el verdadero espíritu del budo no se basaba en una atmósfera competitiva y combativa, donde la fuerza bruta domina y el objetivo supremo es el triunfo a cualquier precio, sino en la búsqueda de la perfección como ser humano física y mentalmente, a través del entrenamiento constante y de la práctica de las artes marciales con el fin de buscar más la parte espiritual.
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El Aikido y su historia
El Aikido enfatiza la evasión y la redirección circular o espiral de la fuerza de agresión del atacante, generando caídas, lanzamientos, inmovilizaciones y palancas como estrategia primaria, más que golpes y patadas.
El Aikido tuvo sus primeros inicios en Japón donde se originó, fue fundado por Morihei Ueshiba 1883-1969 en 1942. Anterior a ese momento Ueshiba llamó su arte Aikibudo» o «Aikinomichi. Al desarrollar el Aikido Ueshiba fue fuertemente afectado por Daito Ryu Aikijujitsu, varios estilos de esgrima japoneses (kenjutsu), lucha con lanzas yarijutsu y por la llamada Nueva Religión: Omotokyo.
Especialmente debido a sus grandes interés en Omotokyo, Ueshiba vio las técnicas de Aikido enraizadas más en un intento de cultivar un «espíritu de protección cariñosa de todas las cosas» que en la dominación física de otros, él quería basarse más en lo espirital que en cualquier otra cosa.
Cuanto empezaron a influenciar las convicciones religiosas y filosóficas de Ueshiba en la dirección de los desarrollos técnicos y cambios dentro del corpus del Aikido, no se sabe. Pero muchos Aikidokas creen que la maestría perfecta del Aikido le permitiría al individuo defenderse contra un atacante sin causarle ningún tipo de daños serios ni heridas permanentes.
Los fundamentos estratégicos primarios fundamentales del Aikido son los siguientes: Moverse a una posición fuera de la línea de ataque, tomar el control del balance del atacante utilizando palancas y el momento adecuado de influencia, aplicar un lanzamiento inmovilización o algo relacionado. Los golpes no están ausentes del todo pero su uso es primariamente un método de distracción un golpe, atemi, se ejecuta para provocar una reacción que crea una ventana de oportunidad que facilita la aplicación de una técnica más defensiva.
¿ Cómo enfocarte en el aprendizaje del aikido ?
A diferencia de la gran mayoría de artes marciales tradicionales o modernas y deportes de combate, que buscan convenir o mecanizar los diferentes gestos de defensa y ataque, el Aikido busca despertar nuestra conciencia reprogramándonos física, mental y emocionalmente hacia un proceso de continua creación, eso quiere decir que no busca el contacto físico, sino busca algo más que eso.
Al respecto el maestro Mitsugi Saotome afirma:
«El Aikido busca la educación de nuestro instinto agresivo. Esto se adquiere entrenando nuestra percepción, desarrollando nuestra decisión, dando lugar a una ejecución, neutralización adecuada»
Por esta razón se comienza por las tomas de muñeca, los agarres y retenciones, para dar lugar a los agarres en movimiento que son muy importantes para el aikido, a los ataques tipo te- gatana o de mano sable, luego se dan los ataques armados tradicionales , sable de madera, puñal, porra, lanza corta, entre otros.
Posteriormente se permiten los ataques en solitario con puñetazos, patadas, estrangulaciones así como sus combinaciones extraordinarias. Y definitivamente se llega a las respuestas frente a uno o más oponentes, permitiendo así el acercarse a la realidad del conflicto de manera progresiva segura y gradual.
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¿ Cómo se valora el proceso del aikido ?
En maestro Ikyo O Sensei ha pensado un poco sobre los comentarios que de vez en cuando le hace algún alumno o alumna acerca de la sensación de estancamiento que tienen en la evolución de su entrenamiento y que tan importante puede llegar hacer para la persona. Al respecto señala:
«Bien lo primero que se me viene a la cabeza es que no tenemos, como los practicantes de artes marciales competitivas o sistemas de combate, la facilidad de la medida directa del enfrentamiento abierto con adversarios de diferentes niveles a la hora de valorar nuestros progresos.
En su momento, cuando entrenaba con entusiasmo en ese mundo, recuerdo como mi estatus crecía conforme a las victorias obtenidas más allá de mi grado teórico que mi maestro me había enseñado, aunque claro más pronto que tarde, éste acababa reflejando aquel. Siempre era posible ver grados de poca enjundia, ser apreciados de forma muy positiva exclusivamente por sus aptitudes atléticas»
Esta perspectiva de nuestra evolución propia y la valoración que podemos sacar de ello, al menos en nuestro estilo de aikido, nos está vedada debido a que nos falta la posibilidad del enfrentamiento en competencia directa con otro compañero de un nivel superior aunque muchos piensen que enfrentar a tu oponente es lo mejor para la práctica, en el aikido se ve con otros ojos.
Esto se agrava por la natural predisposición occidental a las urgencias y nuestra tendencia a descomponer y analizar todos y cada uno de los espacios de nuestra vida hasta el absurdo. El resultado es un fracaso absoluto en muchos casos a la hora de valorar nuestro desarrollo. De hecho muchos aikidokas acaban determinando su evolución reduciéndola a una cuestión de grado.
Conéctate más en tu práctica
La mayoría de las personas que practican esta disciplina llega un momento en que están totalmente enfocados en lo que están haciendo y esto les da una mayor satisfacción a la hora de sus entrenamientos, técnicas y movimientos. Por eso la parte espiritual juega un rol en esta disciplina porque no se trata de que pelees con tu compañero, sino que te encuentres a tí mismo a través de diferentes movimientos, con eso llegarás a un grado de espiritualidad y de relajación por completo.
El aikido es una disciplina excelente, así que si quieres iniciarte en el mundo del aikido solo tienes que tener mucha disciplina y siempre dar lo mejor de ti, eso te llevará a conseguir lo que estás buscando.
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